El viernes por la tarde empezó "nuestra" Transiscar. Todos excepto More nos reunimos ya en Agramunt, conocer el recorrido, hacer unas cervecitas, pasear...en fin, lo que toca.
Cenita y a pelearnos con las bicis, parecía el taller de los hermanos Marx, que si no tengo sillín, que si no se bloquea la suspensión, que si no frena...que si como pongo el TRIÁNGULO, en fin que de los cinco runners que nos aventurábamos, sólo 2 llevaban bici de su propiedad (qué nivel).
Hecho ésto y más tarde de lo esperado, a dormir.
Nos levantamos a las 7:30, el que mejor durmió sin duda fue Giro en su cama de agua.
Mientras desayunabamos se incorpora More, como no el más pelipuesto y aconjuntado.
Bajamos a la salida, se respira el ambiente, buscamos otro TRIÁNGULO entre los 600 participantes y no somos capaces de encontrarlo.
Se da el pistoletazo y no duramos juntos ni un kilómetro, por delante Paco y Kike y por detrás el resto, que vamos localizados unos 3 km.
A partir de allí cada uno sufre en solitario, los primeros kilómetros son de tanteo, Giro pincha en el km 5 y eso le lastra el resto de la carrera, traga mucho polvo y lleva la muchedumbre delante.
Pronto encontramos colas en las primeras zonas ténicas, qué carajo, a descansar.
Voy pensando en mis compañeros, dónde estarán, que camino tomarán....
El primer descenso de la Donzell por trialera, ya lo conocía, me tiene enamorado, larga, fácil y muy chula. La subida se me hace larga esperando el primer avituallamiento. Allí miro hacia atrás por si veo a Giro, ni rastro. Mientras bajo y vuelvo a subir voy pensando que camino tomar, me tientan los 30 pero me motivan los 50. Lo tengo claro, voy a los 50 ni que anochezca, dos km después de tomar el camino de los 50, ya me arrepiento de la decisión, pero la suerte está echada, las piernas empiezan a adolecer.
Entramos en la zona quemada, una lástima pero que ha abierto innumerabes senderos muy bien aprovechados. Ya me encuentro sólo, nos hemos espaciado mucho y empiezo a pensar que he sido de los últimos por el corte.
En fin, al tran tran voy tirando y pasando los numerosos controles. Cuando oigo a uno de ellos decir que faltan 20 km me quiero morir, me duelen hasta las pestañas. Estamos a punto de llegar al punto más alto de la carrera. Vamos 3 ó 4 alternandonos y haciendonos la goma.
Empieza la bajada, me hago ilusiones y llego al último avituallamiento, allí se respira calma, nadie tiene prisa, bien, nadie excepto yo, que allí veo la única posibilidad de coger alguna ventaja.
La piernas empiezan a apuntar rampas, pedaleo con control. Veo un cartel de Agramunt 5, terreno conocido y se me abre el cielo, pero nada más lejos de la realidad, empiezan a meternos en un sube baja infernal, cuando estiro un músculo se me enrampa el opuesto, sufro. El bosque de Serrallonga es precioso pero no puedo disfrutarlo. Cuando cojo el "camí del cementiri" veo el final del túnel, he atrapado a dos "compañeros" y vamos comentando la jugada, hasta que en la última subida me dejan atrás.
Entro en Agramunt, ahora si, ya se acaba, y allí veo que han llegado Paco, Kike y More, y que los 3 han echo la de 50, me alegro, y aun me alegro más cuando al preguntar por Giro, me dicen que aun no ha llegado porque también ha hecho la de 50.
Al llegar a la meta pienso que ha ido mejor de lo esperado, aun falta gente por llegar.
Allí estaban Fanny, Jan i Anna, con mejor cara que los apuestos sufridores.
"El objetivo no es el fin, sino un paso intermedio hacia el siguiente objetivo"
Moltes Felicitats un any més al club ciclista d'Agramunt per la perfecta organització.