El día 8 de febrero de 2009 se celebró la media maratón de Barcelona. Asistimos a la carrera Quique, Oter y yo en representación de los aranrunners. Las perspectivas las teníamos claras por parte de Oter y mías, intentar acabar la carrera y sobrevivir al intento. La verdad es que la preparación de esta carrera podría catalogarse como inexistente, es decir, hacia dos meses que no corríamos ni un metro y ni cortos ni perezosos decidimos afrontar una media.
La salida fue a las 9:00 horas de la mañana, no sin antes correr para dejar la ropa en el guardarropía y llegar justos a la salida. Por más carreras que hagamos está claro que la planificación y la puntualidad no es lo nuestro. Así que evidentemente sin calentar (ya nos fue bien para ahorrar energías) empezamos la carrera. En los primeros kilómetros ya noté que no tenía buenas sensaciones y que sufriría lo que no está escrito, Oter también iba tocado pero confiaba en encontrarse un poco mejor luego y el único que mantenía el nivel y la dignidad de un atleta era Quique. Al bajar por las Ramblas y rodando bastante lentos Km 4, ya les comenté que si querían les hacía de liebre ya que no tardaría en caer, se lo toman a coña, pero soy consciente que la carrera me pondrá en mi sitio. Pasamos los 3 juntos la media con un tiempo de 52:52, avanzamos un poco más y Oter se empieza a quedar, va tocado y luego nos comenta que le han salido llagas en los pies. Yo sigo 50 metros más y le digo a Quique que ya no puedo seguirle y que tire. Él sigue su carrera y los dos jinetes del Apocalipsis nos quedamos en tierra de nadie, hechos polvo y con 10 km por delante para sufrir. Sigo corriendo y veo como se escapa Quique por delante y se queda Oter por detrás. En el Km 12 paró a hacer una “pishadeta” y confió que me coja Oter para no hacer la carrera solos, no lo veo llegar y sigo. Primero me encuentro mal, pero progresivamente me voy encontrando muy mal y fatal. En el Km 14, veo con claridad mi futuro, me duelen las piernas, me entra el hambre (inicio de pájara), tengo calor y sólo dan agua que no me sienta muy bien. Resumiendo, mis metros en esta carrera están contados. En el Km 15 llegó a la zona donde me dio la pájara en la maratón, ya llevo mucho rato tirando de coco y decido tirar hasta donde pueda, pasamos por la Diagonal sin gente, una recta eterna (o eso me parece) y mucho calor. Llego al Km 17 y pienso como Rambo: “Díos mío, díos mío no siento las piernas” y sólo puedo pensar en el hambre que tengo. Como ya conozco los síntomas, sólo puedo hacer dos cosas, intentar hacer dos km, sufrir lo indecible y andar el final con lo cual me quedaré cascao un tiempo por forzar o intentar llegar al final andando. Llego a una rotonda, paró y empiezo a andar (hasta aquí iba a ritmo de 1h 51minutos), me adelanta mucha gente, corro 100 metros pero ya no puedo seguir. Veo un Mc Donalds a lo lejos sólo puedo pensar en comerme una Big Mac unas patatas y una Coca-Cola, pitillo de postre. Con más hambre que Carpanta y menos fuerza que Samson sin la coleta, sigo andando y confío en que me coja Oter, pero no llega. Voy tocado no veo el Km 18, me desespero porque llevó trece minutos andando, y entonces veo el 19, eso me anima sólo quedan dos. Intento correr pero no puedo, es curioso pero los que estan a mi lado van corriendo pero llevan el mismo ritmo que yo andando. Llego al 20, corro 400 metros, paro ando 300 metros y ya corro hasta el final. El tiempo es lo de menos pero marco unas gloriosas 2 horas 3 minutos (no salgo en la clasificación ya que no he cogido ni el chip, una muestra más de la gran preparación de la carrera) . Llego desfondado y necesito comer, me dan un plátano y una chocolatina y me sientan bien. Quique ya hace rato que ha llegado y ha llevado bien la cursa, Oter llega un poco más tarde bastante destrozao.
Para las próximas cursas intentaré entrenar y llevar algo de comida ¡¡¡
La salida fue a las 9:00 horas de la mañana, no sin antes correr para dejar la ropa en el guardarropía y llegar justos a la salida. Por más carreras que hagamos está claro que la planificación y la puntualidad no es lo nuestro. Así que evidentemente sin calentar (ya nos fue bien para ahorrar energías) empezamos la carrera. En los primeros kilómetros ya noté que no tenía buenas sensaciones y que sufriría lo que no está escrito, Oter también iba tocado pero confiaba en encontrarse un poco mejor luego y el único que mantenía el nivel y la dignidad de un atleta era Quique. Al bajar por las Ramblas y rodando bastante lentos Km 4, ya les comenté que si querían les hacía de liebre ya que no tardaría en caer, se lo toman a coña, pero soy consciente que la carrera me pondrá en mi sitio. Pasamos los 3 juntos la media con un tiempo de 52:52, avanzamos un poco más y Oter se empieza a quedar, va tocado y luego nos comenta que le han salido llagas en los pies. Yo sigo 50 metros más y le digo a Quique que ya no puedo seguirle y que tire. Él sigue su carrera y los dos jinetes del Apocalipsis nos quedamos en tierra de nadie, hechos polvo y con 10 km por delante para sufrir. Sigo corriendo y veo como se escapa Quique por delante y se queda Oter por detrás. En el Km 12 paró a hacer una “pishadeta” y confió que me coja Oter para no hacer la carrera solos, no lo veo llegar y sigo. Primero me encuentro mal, pero progresivamente me voy encontrando muy mal y fatal. En el Km 14, veo con claridad mi futuro, me duelen las piernas, me entra el hambre (inicio de pájara), tengo calor y sólo dan agua que no me sienta muy bien. Resumiendo, mis metros en esta carrera están contados. En el Km 15 llegó a la zona donde me dio la pájara en la maratón, ya llevo mucho rato tirando de coco y decido tirar hasta donde pueda, pasamos por la Diagonal sin gente, una recta eterna (o eso me parece) y mucho calor. Llego al Km 17 y pienso como Rambo: “Díos mío, díos mío no siento las piernas” y sólo puedo pensar en el hambre que tengo. Como ya conozco los síntomas, sólo puedo hacer dos cosas, intentar hacer dos km, sufrir lo indecible y andar el final con lo cual me quedaré cascao un tiempo por forzar o intentar llegar al final andando. Llego a una rotonda, paró y empiezo a andar (hasta aquí iba a ritmo de 1h 51minutos), me adelanta mucha gente, corro 100 metros pero ya no puedo seguir. Veo un Mc Donalds a lo lejos sólo puedo pensar en comerme una Big Mac unas patatas y una Coca-Cola, pitillo de postre. Con más hambre que Carpanta y menos fuerza que Samson sin la coleta, sigo andando y confío en que me coja Oter, pero no llega. Voy tocado no veo el Km 18, me desespero porque llevó trece minutos andando, y entonces veo el 19, eso me anima sólo quedan dos. Intento correr pero no puedo, es curioso pero los que estan a mi lado van corriendo pero llevan el mismo ritmo que yo andando. Llego al 20, corro 400 metros, paro ando 300 metros y ya corro hasta el final. El tiempo es lo de menos pero marco unas gloriosas 2 horas 3 minutos (no salgo en la clasificación ya que no he cogido ni el chip, una muestra más de la gran preparación de la carrera) . Llego desfondado y necesito comer, me dan un plátano y una chocolatina y me sientan bien. Quique ya hace rato que ha llegado y ha llevado bien la cursa, Oter llega un poco más tarde bastante destrozao.
Para las próximas cursas intentaré entrenar y llevar algo de comida ¡¡¡
3 comentarios:
Galaguer es un patidor, ath finau à de petar tot. Enorabona a Oter peth prumér gran repte.
Oter ja auie het era madeisha eth an passat, més me semble que ere en melhor forma ja que tardèc quinze menutes menos.
Aquerò òc, eth tio ac dec tot com ei habitual en eth.
PD: A ver si te apuntas a más carreras, que necesito otro sufrior como en el un, dos, tres. Que ir tan cascao y solo en una carrera no puede ser sano.
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